viernes, 18 de diciembre de 2009

Algunas de las ideas presentadas por en la reunión de trabajo de hoy

Ideas del ing. Laclau presentadas por el Ing. Larguizabal en la joranada de trabajo del concejo deliberante del 18/12/09.
Las razones de promover y mantener el arbolado humano obedecen a motivos ornamentales, espirituales, sanitarios y ecológicos. Los gobiernos municipales gastan importantes sumas en producir (o adquirir) árboles, plantarlos y mantenerlos en buen estado y acordes con las limitaciones de espacio en que se desarrollan
- En esos términos la sociedad dispone de los beneficios de un paisaje urbano embellecido y saludable, y aunque estos servicios los disfruta la sociedad en general, son los vecinos cercanos o los que cotidianamente frecuentan un barrio determinado quienes más se benefician.
- No tiene la misma apreciación de valor (monetario o no monetario) una calle desarbolada que una con árboles. En ninguna parte del mundo. Tampoco entre una con árboles pequeños u otra con plantas añosas, muchas veces relacionado su crecimiento con la propia historia personal de muchos vecinos. La sociedad y los gobiernos lo saben y por eso hay ordenanzas que defienden este patrimonio biológico del vandalismo o de la sustitución arbitrarias, incluso del manejo de podas cuando los realiza personal no autorizado.
- Por tratarse de un patrimonio tiene valor, y este valor no es solamente subjetivo. Monetariamente, la suma de toda la inversión y gastos realizados en mantener árboles en las calles, que es pagada por los contribuyentes, constituye al menos el valor capitalizado de estos bienes vivos. Sin embargo, los pagos realizados no son solamente por los beneficios percibidos (ya que un árbol se cría o compra inicialmente para sostenerse durante muchos años), sino también por los presentes y futuros.
- En ese sentido, los árboles de las calles de la ciudad cumplen funciones ecológicas y sociales que proveen de servicios tales como: (1) mejoramiento del paisaje urbano a través de los numerosos atributos de forma, color, ocupación del espacio, ángulos de visión, etc, que obedecen a reglas similares a las de la expresión artística y de las que se ocupan las disciplinas de evaluación de paisaje; (2) función de pulmón verde, atenuando la disipación hacia las viviendas de los gases de carburación automotor, reteniendo hollines y contaminantes sólidos y oxigenando el aire a través de procesos biológicos; (3) solaz recreativo y espiritual para una gran mayoría de personas, siendo uno de los pocos elementos urbanos que vinculan al hombre con el medio natural; (4) refugio de macro y microfauna urbana, incluyendo aves que son apreciadas por la gente, con la consecuente morigeración de su impacto negativo (por ejemplo de deyecciones, etc) sobre los edificios y otras obras públicas o privadas; (5) en casos, refugio transitorio de aves migratorias que proviene de grandes distancias y requieren de espacios arbolados estratégicos para sostener sus rutas; (6) atenuación del microclima urbano, particularmente de (i) el calor producido por irradiación solar directa en época estival, combinado con (ii) la función de filtro de luz, que atenúa o refleja radiaciones que resultan nocivas para la salud humana, (iii) la atenuación de impactos de lluvias torrenciales, viento o granizo, por intercepción directa y por escurrimiento del agua por los troncos, o por desvío y debilitamiento de filetes de viento; (7) junto con los canteros adyacentes, resultan los únicos reservorios de deposiciones de animales domésticos ante el descontrol absoluto que existe en la ciudad acerca de la tenencia responsable de mascotas; (8) elemento sustancial de mitigación del cambio climático, al remover dióxido de carbono atmosférico (y retener hollines y otros contaminantes sólidos causantes del efecto invernadero) que transforma en madera y la mantiene almacenada por largos períodos de tiempo, sosteniendo este proceso en forma continua durante toda su vida.
- Los servicios mencionados se cumplen y acrecientan con arboledas añosas, las que para mantener estas funciones deben ser conservadas y mantenidas de modo de minimizar riesgos sobre las personas por caída de ramas gruesas o enfermas, o aún de árboles senescentes, y otros inconvenientes. En Mar del Plata, en general el manejo de podas resulta adecuado para cumplir estas condiciones y mantener árboles de muchos años en buenas condiciones.
- Los servicios comentados de adaptación (2, 5, 6) y mitigación (8) del cambio climático resultan, junto con los valores estéticos y espirituales que resultan de la existencia de arboledas urbanas, elementos fundamentales para el desarrollo local y contribución a procesos ecológicos con implicancias globales.
- En ese sentido resulta altamente preocupante que se eliminen árboles desarrollados para ensanchamiento de calles en una ciudad que dispone de escasos espacios verdes en función de su tamaño y n° de habitantes. Desde febrero ppdo, más de 1000 ciudades del mundo se han comprometido en trabajar en reducir o contrarrestar emisiones de gases de efecto invernadero, en un acuerdo de alcaldes que se promueve bajo la actual Cumbre de Cambio Climático de Copenhaguen.
- En el caso de la calle Libertad, adonde hay una gran variedad de especies arbóreas (acacia blanca, ailanto, plátano, etc) de buen desarrollo y tamaño, se puede asumir que: considerando fuste, ramas permanentes y raíces (además del follaje, raicillas y ramas en continua regeneración) cada árbol, en promedio (basado en su diámetro, altura y densidad de la madera) mantiene secuestrado de 100 a 200 Kg de carbono (C), que equivalen a 367-784 Kg de dióxido de carbono equivalente (CO2 equiv, unidad de medida de emisión o captura de gases de efecto invernadero en la atmosfera). Multiplicando esta cantidad por el número de árboles a eliminar (prácticamente todos los que se encuentran en simple fila, y la mitad al menos de los que están plantados a doble fila) se tendría el monto de emisiones total por deforestación que contribuiría al cambio climático por parte del Municipio. Sumado a este aporte se agregaría el consumo de cemento (cuya industria es importante causal del efecto invernadero a nivel nacional y mundial) y el de uso de combustibles fósiles en asfalto y maquinaria destinada al ensanche propuesto. Además de la emisión causada por la eliminación de árboles se eliminaría su función de captura anual, en tanto nuevas plantas (si se instalan de nuevo) tardarían muchos años en alcanzar los niveles de absorción de las plantas actuales.
- También en forma estimativa, podría asumirse que (considerando que el almacenaje actual de carbono ha sido adquirido en 40 años), cada árbol adulto de la calle Libertad absorbería en promedio unos 9-18 Kg de CO2 equivalente. Estas estimaciones deberían refinarse pero arrojan una idea de la magnitud de carbono secuestrado o a secuestrar que no se está considerando en la obra propuesta.
- Por otra parte, en épocas de poda durante el presente año y aún en barrios céntricos se puede observar personas carenciadas que recolectan las ramas de poda. Este servicio impensado a la pobreza también se perdería con la pérdida de árboles.
- En la actualidad, se está desplazando una terminal céntrica, para llevarla a otro lugar céntrico, con las dudas que arroja la utilidad de una medida que a mediano plazo no parece solucionar los inconvenientes actuales de circulación de autobuses. Sin embargo, actualmente los autobuses circulan por extensos tramos de ciudad (Av. Champagnat, Juan B. Justo, Luro y Colón, y calles aledañas a la terminal de la calle Sarmiento). Con la nueva Terminal, la entrada o salida utilizando un tramo mucho menor de la Av. Champagnat (atendiendo a que la mayoría de los microbuses circula desde y hacia Buenos Aires) y la Av. Libertad en el estado en que se encuentra, los cambios positivos de tránsito deberían ser evidentes, sin necesidad de proceder con ningún ensanche que afecte a otros servicios sociales, como los que se comentaron más arriba.
- En todo caso, un ensanche debería ser una consecuencia lógica de un estudio de impacto formal sobre las implicancias del tránsito desplazado desde la Terminal antigua a la nueva. Y no debería ser una obra tentativa “por si acaso” o “para mejorar”, anulando los beneficios ya comentados.
- Por último, la sociedad tendría muchos elementos para solicitar a los gobernantes actuales que rindan cuenta sobre la inversión y esfuerzo aplicado por sus antecesores en la generación y protección del patrimonio biológico de la ciudad, ya que capitalizando los valores aplicados a la forestación urbana, pagados por los contribuyentes, se vería que se dispone de un activo importante no sólo social, sino de patrimonio monetario real (aunque las cuentas nacionales o municipales no los contabilicen) que continúa con su vida útil, y que no se puede dar de baja sino por un interés superior, consensuado, y en consulta con las partes afectadas, particularmente con los vecinos de esa calle. Una vez más, de realizarse, Mar del Plata volvería a estar a contramano con su destino de ciudad limpia. A la luz de las actividades de saneamiento (por ejemplo del basural) que se encuentra encarando la Municipalidad con apoyo del gobierno nacional, una actitud opuesta en este caso resultaría sorprendente e improcedente.

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